Una de las cosas que podemos hacer para que el servidor de la Raspberry Pi sea un poco mas seguro es instalar un cortafuegos. Este tipo de programas hacen que se bloqueen todas las conexiones que se intenten hacer desde o hacia los puertos no permitidos. Así, por ejemplo, si sólo tenemos un servidor web, bastará con mantener abiertos los puertos 80 y 443 y restringiendo todos los demás.
Esta tarea de cortafuegos se ha realizado tradicionalmente con una herramienta llamada iptables que está incluido en Netfilter, un framework del núcleo Linux. El problema de usar directamente iptables es que su sintaxis y manejo es muy complicado. Para evitar esta complicación podemos utilizar UFW (Uncomplicated FireWall), un programa desarrollado por Ubuntu y escrito en Python que tenemos disponible en múltiples distribuciones de GNU/Linux incluida Raspbian y que nos hará la vida mucho mas fácil.
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